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Energía: ¿cuáles son las alternativas a la climatización?
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Además de consumir mucha energía, los sistemas de climatización son muy contaminantes. La AFD investiga y apoya soluciones alternativas en hospitales, escuelas y viviendas para un futuro más sobrio, más equitativo y mejor adaptado a la realidad climática.
Ante la multiplicación de las olas de calor, el uso de la climatización se está convirtiendo poco a poco en algo habitual. Sin embargo, esta genera un círculo vicioso: aumenta la demanda energética (en su mayoría de origen fósil), expulsa el calor al exterior y utiliza gases con un alto potencial de calentamiento. Hoy en día, según la Agencia Internacional de la Energía, 2000 millones de personas en todo el mundo disponen de aparatos de climatización, y esta demanda podría triplicarse de aquí a 2030. Para refrescar sin agravar el calentamiento global, la AFD apoya proyectos sostenibles en todo el mundo.
En Argentina: más vale prevenir que curar
En la provincia de Córdoba, las enfermeras y enfermeros a veces acuden al hospital con sus propios ventiladores. Una situación generalizada en algunos centros públicos, donde tanto el personal sanitario como los pacientes pasan calor. En la AFD, el equipo PEEB (Programa para la eficiencia energética en edificios) impulsa en esta provincia el Programa de mejora energética para centros hospitalarios sostenibles e inclusivos. ¿Su objetivo? Mejorar el confort térmico reduciendo el uso de la climatización.
«En los hospitales, la climatización es indispensable, destaca José Lopez, cosecretario del PEEB. Sin embargo, el aumento de la tasa de gases refrigerantes con un alto potencial de calentamiento global (hasta 2000 veces superior al CO2) en la atmósfera y el incremento de la demanda energética inherente a la demanda de climatización nos obligan a buscar otras soluciones. En el PEEB, hemos optado por reducir el uso de la climatización mediante medidas pasivas, como el aislamiento de los tejados o la sustitución de ventanas, y por utilizar equipos modernos más eficientes y lo menos contaminantes posible».
Una lección de frescor
En las escuelas de la provincia de Santa Fe, se están probando soluciones denominadas «low-tech» en el marco del Programa de mejora energética para edificios sostenibles e inclusivos (MEESI). Para Silvia Puddu, responsable del programa PEEB Cool, «Gracias al aislamiento de los techos y las paredes, la sustitución de las ventanas y la creación de sistemas de ventilación mecánica centralizada, los alumnos disfrutan de un confort térmico el 95 % del tiempo sin climatización, frente al 30 % anterior».
«Este tipo de enfoque permite garantizar la continuidad de los servicios y reducir considerablemente la huella de carbono, prosigue Silvia Puddu. Estamos probando la resiliencia y el confort térmico de nuestras instalaciones con las temperaturas previstas para 2050. No se trata solo de un proyecto técnico, sino de un proyecto de futuro con un gran impacto social».
Bajo la bóveda, una nueva solución
En las zonas sahelianas, la AFD apoya la difusión de una técnica de construcción con tierra cruda, denominada «bóveda nubia», promovida por la asociación La Voute Nubienne. Estas casas con alta inercia térmica permiten mantener una temperatura hasta 6 °C inferior a la temperatura exterior durante el día, sin ningún aporte energético.
«Una casa con bóveda nubia no tiene aire acondicionado ni hormigón, pero ofrece un confort térmico óptimo, destaca Rémi Lafond, responsable del programa PEEB Cool. Es una solución de adaptación, mitigación y desarrollo local al mismo tiempo. Además de los beneficios medioambientales, estas construcciones crean empleo local, utilizan materiales disponibles in situ y limitan las emisiones relacionadas con el transporte y la producción industrial de materiales de construcción». Ya es posible enfriar de otra manera.
¿Y qué pasará en el futuro?
«Pensar que la climatización vaya a resolver el problema del cambio climático es ilusorio, asegura Nicolas Guichard, responsable de la división de Energía de la AFD. Necesitamos una estrategia sostenible, adaptada y diferenciada según los usos. Es decir, no debemos excluir la climatización en lugares donde es vital: en hospitales, guarderías o residencias de ancianos, por ejemplo. Sin embargo, generalizarla en todos los ámbitos se convierte en una medida contraproducente».
También se están desarrollando otras alternativas innovadoras. Por ejemplo, en Madagascar, la AFD estudia las condiciones de uso de una instalación que permite producir frío con la energía solar durante el día y refrescar por la noche gracias al hielo almacenado. Soluciones prometedoras para zonas aisladas que no tienen acceso a la red eléctrica.